El oficio de Notario Público existía en el norte de Europa desde mediados del mismo siglo XIII. En el año 1661 ha sido fijado una tarifa de los atestados y protestos del Notario Público, sin embargo anteriormente a eso figuraba su función mencionada en la Constitución. El Rey Oscar II firmó en el año 1882 un Real Decreto sobre la actividad de los Notarios Públicos. El centro de gravedad estaba en aquel momento en los protestos. Tiempo después han sido realizados cambios y han surgido estatutos y disposiciones nuevas. La última ley es del año 1981.